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Botox es una toxina de la Bacteria “botulinum” de chlostridium, que detiene la liberación del sudor. El efecto se da  directamente en la periferia de la glándula sudorípara. Cada glándula sudorípara recibe los impulsos de un nervio para liberar el sudor. Tan pronto como una señal alcanza el nervio, un neurotransmisor (acetilcolina) es liberado y así se activada la glándula sudorípara. La toxina botulínica bloquea irreversiblemente la liberación de acetilcolina y como consecuencia, la glándula sudorípara es bloqueada durante un largo periodo de tiempo. Sólo después de meses, luego de ocurrida una re-inervación, se produce sudor nuevamente.

En el tratamiento con toxina botulínica, ésta es inyectada bajo la piel en dilución extrema. Es distribuida uniformemente sobre la superficie afectada. Requiere acerca de 40-50 puntadas, dependiendo del área del cuerpo afectada. Una aplicación es efectiva por aproximadamente 5-8 meses. Después de este período, el sudor aumenta gradualmente y el tratamiento tiene que ser repetido. Sin embargo, 5-10% de la población no responde al tratamiento con esta toxina. La razón principal: los anticuerpos hacia la toxina.

De hecho, la ventaja más grande de este tratamiento es que no tiene efectos secundarios. Además, el sudor reincidente no parece ocurrir frecuentemente. De esta manera, los efectos primarios y secundarios son limitados temporalmente.

Las desventajas: el alto costo de la toxina. El tratamiento no es permanente y sin la anestesia adecuada es muy doloroso, especialmente en las manos y pies. La motricidad fina manual puede ser perturbada durante un tiempo  (la atenuación de los músculos de los dedos). La toxina utilizada en la cara también puede generar un disturbio significativo del control facial.

Por lo tanto, este tratamiento parece ser una primera terapia seleccionada especialmente para las axilas, si los antitranspirantes convencionales no han sido suficientes. Al tratar de esta forma la hiperhidrosis, los procedimientos quirúrgicos son evitados cada vez más. Una simpatectomía axilar requiere una intervención mucho más grande que el tratamiento para tratar el sudor en las manos o cara, y lleva a un riesgo mayor por sus efectos secundarios. Por otro lado, tratando las axilas con toxina botulínica no ocurren efectos secundarios y es aplicable casi sin dolor, especialmente pre-tratando con una crema especial.